jueves, 11 de junio de 2015

LA SOLEDAD DEL PORTERO: MIS TARADOS FAVORITOS 1

Ser portero te deja mucho tiempo para pensar. Fotografía de Jorge Martín Muñoz
Ser portero es un rollo. Imaginénse la siguiente imagen deportiva, y si la encuentran dígame dónde está la épica:  Es verano, el inmisericorde sol castellano cae a plomo en toda tu cocorota y tienes que aguantar estoicamente  a 30 grados, yendo de aquí para allá  o moviendo manos y pies para provocar una rídícula sensación eólica o en el peor de los casos, hacer que tu cabeza coincida con la sombra del larguero, aunque tan magro consuelo se asemeja más al castigo de un dios griego que un alivio. No se te ocurra ponerte gorra que reduces tu campo visual, y si te comes algún balón de los que vienen por arriba, date por muerto, todos serán malas caras y reproches al terminar el partido.. Entornas los ojos para ver qué sucede por allá por el campo, cosa que parece que no va contigo, hasta que se acerca algún gañán con el balón para intentar profanar tu sagrada portería, De vez en cuando piensas "¿Quién me manda a mi meterme en estos líos?" Pero no hay respuesta. Está en tus genes. Lo más seguro es que juegues en campos de tierra, de arena o de grava, tus rodillas y tus brazos te lo agradecerán...Ya pueden los delanteros hartarse a fallar goles a puerta vacía, que como cometas tú el único error, ya sabes donde van todas las miradas. Esto si no eres profesional, si eres profesional verás como FIFA y UEFA inventan normas para joderte continuamente: prohibir coger el balón con las manos tras cesión, obligarte a permanecer en la línea de meta en los lanzamientos de penalti  o cambiar balones a otros cuya trayectoria es completamente aleatoria en pos del espectáculo son algunas de estas medidas. Todo portero tiene pesadillas con esta situación:  tienes la posición asegurada y las manos extendidas para blocar un balón como te enseñaron en la escuela de fútbol, cuando a un metro de llegar a su destino el balón hace una ese diabólica y te pasa silbando justo al lado de la oreja para alojarse en la red, dejándote con el molde puesto y una cara de tonto difícil de recomponer en lo que resta del partido. Entonces, si todo en la vida del portero es sufrir y llevar una carga de responsabilidad con más amarguras que alegrías, la pregunta es ¿Con estas premisas , quién querría ser portero?: La respuesta es evidente: nadie en su sano juicio... La tradición futbolística dice que para ocupar la posición de arquero (portero, guardameta, guardavallass, cancerbero)  tienes que tener un punto de locura, unos gramos de inconsciencia a o algo de ensimismamiento e introspección para que no te afecte las consecuencias de tus errores, necesarios en todo aprendizaje, pero que en la demarcación de portero suelen ser fatales.. Hay ejemplos en el pasado y en el presente de grandes porteros cuyo máximo recuerdo es el de un estrepitoso error:  Si pensamos en  Arconada, reconocido guardameta   lo primero que se nos viene a la cabeza es la imagen del clamoroso fallo que comete cuando el traicionero balón de Platini le pasa entre las piernas en la final de la Eurocopa.  Con  Andoni Zubizarreta, sucede tres cuartos de lo mismo, recordamos el error contra Nigeria en Francia 98 (como si alguien hubiera hecho algo bien en aquella ocasión) tras una larga y exitosa carrera como portero en Ahtletic de Bilbao y Barcelona, y si seguimos pensando, encontraremos más y más recientes ejemplos que abonan esta tesis. Está claro que como poco  hay que tener una fuerte personalidad para soportar la carga que significa el llevar el peso de la portería en altos niveles, pudiendo de no ser así, tener consecuencias fatales. Dos ejemplos de cómo puede incidir en la personalidad o la felicidad se pueden ver en el programa de Canal + "Informe Robinson", uno que trata sobre Victor Valdés ( y su relación de amor odio con portería) y otro del malogrado Robert Enke, del que ya hablamos en este blog en el pasado (ver http://camaradalobanovsky.blogspot.com.es/2013/07/enke-la-carne-de-los-dioses.html). 

Es verdad, la globalización y la dictadura del fútbol negocio tiende a homogeneizar las tipologías, y hoy día, es extraño ver arqueros que se salgan de la norma más allá de tener más o menos habilidades técnicas, salvo quizá alemán Neuer o el brasileño Rogerio Ceni, que a sus 42 años es un superviviente de otra época,  se le recordará por labores que no son las específicas del portero (es el portero más goleador de la historia, puesto que se dedica a tirar él los tiros libres, ha metido la friolera de 128 goles en total con el Sao Paulo).También es posible que se pueda hacer una división imaginaria con un antes y un después de  la norma que obliga a los porteros a jugarla con los pies tras cesión de un compañero, puesto que según quién suscribe, tenía más mérito hacer locuras cuando tenías una opción segura que cuando es un "recurso obligado" Sea como fuere, sí es verdad que en colorido y personalidad excéntrica ganan los porteros latino americanos, estos fueron los pioneros en romper la norma..  Aquí menciono unos cuantos seleccionados de forma completamente arbitraria, dejo atrás auténticas leyendas como Yashin, la Araña Negra o ídolos personales como Gianluggi Bufón o Edwin Van der Sar para centrarme en personajes que destacan por sus peculiaridades.


JORGE CAMPOS: Gurú de la moda en USA 94 o el auténtico portero delantero


Jorge Campos con su atuendo, la envidia de Agatha
Ruiz de la Prada.
Como ya he comentado alguna vez, recuerdo con gran cariño el Mundial de USA 94, al que puedo considerar mi despertar al fútbol como enfermedad. Por aquel entonces, recién estrenada la adolescencia y tas años de lucha infructuosa, yo ya me había asentado en el puesto de portero en pachangas y partidillos estivales en el pueblo, por el clásico método de ser el más gordo y torpe de todos los que nos juntábamos a darle patadas al balón. Como al fin y al cabo, en esta vida todo es adaptarse o morir y convertir la necesidad en virtud o morirse de asco, acabé sacando partido y hasta disfrutando tan deshonrosa posición. Me ayudaron mucho en este proceso los  héroes que fui creando a partir de la cita mundialista. Ser el portero en un equipo apesta, está claro, pero, oye, son los únicos que se visten diferente - viva la anarquía- y tienen unos guantes bien chulos. Algunas ventajas tendría que tener.  Así pues, recuerdo con nitidez los nombres de casi todos los porteros que concurrieron a ese mundial, desde Tony Meola, portero del equipo  anfitrión, pasando por Taffarel, arquero de la Brasil campeona, Gianluca Pagliuca, que le paró a Salinas la famosa ocasión previa al gol de Roberto Baggio,  los nórdicos Ravelli y Thorsdvet, el belga Preudhome (que ganó el premio  Yashin al mejor portero), Prunea de Rumanía o Borislav Mihailov, el que fue mi auténtico héroe por su solvencia bajo los palos hasta que descubrí que ese pelazo no era suyo, si que en realidad era calvo como una bola de billar y se había hecho un implante de pelo para lucir más acorde con las melenas de sus compañeros los forajidos búlgaros (léase http://camaradalobanovsky.blogspot.com.es/2014/11/bulgaria-usa-94-desorden-y-progreso.html).

Pero de entre todos los porteros, había uno que destacaba sobre el resto a simple vista, un hombre de rostro cetrino y pelo crespo e que lucía con orgullo (o más bien sin vergüenza) un indescriptible atuendo multicolor donde los motivos geométricos y los colores fosforescentes eran los protagonistas. El corte en forma de poncho de la camiseta remataba la impactante imagen del que es considerado el mejor portero mexicano de todos los tiempos. Decía con orgullo que esos diseños los hacía él, y aunque es discutible el gusto, es loable su búsqueda de originalidad y la ruptura con la uniformidad de marcas que se empezaba a imponer por aquel entonces. Pero más allá de su estética, el cancerbero mexicano  pudo mostrar al mundo todas las virtudes que lo habían llevado al combinado nacional: , paradas de reflejos felinos, seguridad en en los balones aéreos y un juego temerario con los pies. Pero esto no es todo, resulta que Campos es el cuarto portero goleador de la historia del fútbol con 46 goles (Por detrás de Higuita, Chilavert y Rogerio Ceni).

También  puede que haya sido uno de los porteros más bajos de la historia de las competiciones (medía 1.70 metros) y es el único que conozco que ha jugado indistintamente en las posiciones de arquero y de delantero a nivel profesional. De hecho, en el torneo mexicano, era normal que cambiara su camiseta de arquero por la de delantero y contiunara en el campo como ariete con el nueve a la espalda, mientras en el arco le sustituía otro portero. . Como delantero llegó a marcar 14 goles, pero el gol más espectacular que se le recuerda fue uno que marcó de chilena cuando militaba en el Atlante mexicano. Pero su lance favorito como portero- delantero, era salir con la pelota jugada en los pies y llegar hasta el área contraria a base de combinaciones con los compañeros o conducciones de balón hasta llegar a posiciones de remate o de asistencia. Todas estas virtudes le valieron para hacerse con un palmarés más que decente, participar en tres mundiales seguidos (dos de ellos como titular), ganar cuatro CONCACAFS y diversos títulos nacionales con diferentes equipos. Todo un crack. Para muestra, un botón:




RENÉ HIGUITA: El rey Escorpión


El gran René Higuita tampoco se preocupaba mucho
del estilismo.
Bien podía haber jugado el campeonato mundial de USA 94 el portero colombiano René Higuita, puesto que estaba en su mejor momento, pero había un pequeño inconveniente: ESTABA EN LA CÁRCEL. Empezamos fuerte. Higuita fue encarcelado durante cinco meses por la justicia colombiana. El cancerbero  había admitido públicamente su amistad con el narco más famoso de todos los tiempos, Pablo Escobar, enemigo número 1 en Colombia y Estados Unidos. Higuita fue reculido  en la Cárcel Nacional Modelo de Bogotá por mediar en un feo caso de secuestros y ajuste de cuentas entre Pablo Escobar y Carlos Molina Yepes. La justicia colombiana consideró ilegal esa mediación, y envió al futbolista a la cárcel, lo cual le privó como decimos de la cita intercontinental a la que sin duda habría asistido, puesto que el seleccionador cafetero, Pacho Maturana, era un incondicional de Higuita en el puesto de portero. Más allá del hecho puntual, parece ser que este escándalo marcó el inicio del declive de su carrera, una carrera adornada con todo tipo de genialidades y excentricidades en el campo. Veamos, estamos una vez más ante la figura del portero goleador, cuarto o quinto según el ranking, la el número de goles notados por René Higuita* asciende a 44 durante toda su carrera, (37 de penalti y siete de falta) lo cual no es moco de pavo teniendo en cuenta su posición en el campo. Nacido en Medellín en 1966 pasó una infancia dura, criado por su abuela tras la muerte de su madre, tuvo varios trabajos y varios de sus amigos murieron de forma violenta, puesto que el barrio de Castilla, en el que se crió, estaba castigado por las drogas y la delincuencia, ambiente que le marcó para el resto de su vida. Pero ésta cambió antes de cumplir los 16  años y por pura casualidad; el Independiente de Medellín fue a buscar jugadores a su escuela. Como en el caso de Campos, Higuita era delantero, pero ese día se había lesionado el portero así que ocupó él su demarcación, comenzando de este modo la carrera de portero más recordada de todos los tiempos. Comenzó su como profesional en 1986 en el Millonarios Colombiano, pasando a lo largo de su carrera por Atlético Nacional de Medellín (el equipo de su amigo Pablo Escobar, dicho sea de paso)  con el cual ganó la Copa Libertadores- la primera que ganó un equipo colombiano- en 1989, en la cual paró cuatro tiros de penal y transformó uno de ellos. Real Valladolid, Areucas y Veracruz completan su carrera en clubes. Con la selección nacional formó parte de la que es reconocida mejor generación de todos los tiempos, en la que destacaban nombres como Faustino Asprilla, Valderrama o Mauricio Serna, su juego vistoso y alegre, cargado de talento eran un vivero excelente para que Higuita se recreara con sus salidas de la cueva iniciando los ataques, actuando de líbero e internándose en el campo contrario más de la razón podía aconsejar. Su momento  culminante se sitúa en el Munidal de Italia 90, donde todo el orbe pudo observar su jugada favorita, cortar la progresión del delantero ejerciendo de líbero fuera del área y comenzar un contrataque con autopases suicidas o internadas por la banda hasta encontrar a un compañero. "El loco" fue un pionero, el primero del tipo que hoy se conoce como  "escuela alemana". Como no hay gloria sin riesgo, en el mismo Mundia, Higuita cometió un fallo al intentar driblar al delantero de Camerún, el mítico Roger Milla,, en el centro del campo, que le arrebató el balón y anotó a puerta vacía el segundo gol de los leones y que dejaba definitivamente fuera del torneo a la Selección Colombia

.Pero si por algo es mundialmente famoso el protagonista que nos ocupa, es por su famoso escorpión en Wembley, jugada heterodoxa e insólita donde las haya, llevada a cabo en una de lo que se podría considerar la catedral europea del fútbol. El siete de septiembre de1995 los combinados nacionales de Inglaterra y Colombia, se enfrentaban en un intranscendente duelo amistoso. El partido transcurría con soporífera calma, hasta que en el minuto veintidós, un joven delantero inglés, James Redknapp, lanzó un impreciso centro (o chut) a la portería que defendía nuestro héroe,  Viendo éste un balón manso y la altura apropiada, decidió realizar una de sus acrobacias circenses, una de las que tanto repetía en los entrenamientos, la que él llamba  "El Escorpión" que consistía en vencer el cuerpo hacia adelante en un salto y después de dejar pasar temerariamente el balón sobre su cabeza despejarlo con los talones de los pies en efecto de palanca. Una decisión arriesgada desde luego, cuando millones de personas te están viendo. El propio arquero matizó que él había percibido como el juez de línea levantaba la bandera, y al creer que la jugada estaba invalidada, realizó esta acción.
El Escorpión en Wembley.
También cuenta con tono jocoso, que el buen linier, al ver lo que acababa de ver, decidió acto seguido volver a bajar la bandera para que el juego continuara y que la acción del cancerbero pasara a formar parte de la leyenda. Todo lo demás es historia, al día siguiente, las portadas de los medios ingleses e internacionales del ramo deportivo abrían con la genialidad del loco. Catorce años después, esta acción  sería votada por los internautas de la web footy-boots como la mejor jugada de la historia del fútbol, debido a su singularidad sin duda. Así, este divertimento que el paisa de Medellín inventó para hacer más espectacular el anuncio de zumos infantiles „“Frutiño“ en Colombia, pasó a la historia del fútbol. Higuita volvió a realizarlo en el partido de despedida de Maradona, como guiño entre dos genios, en un balón que Maradona envió desde medio campo suave y a la altura para el lucimiento del portero. Dicen los conocedores, que cuando hizo el famoso Escorpión de Wembley, Higuita ya estaba metido en las drogas otra vez, y que ese fue el principio del final de su carrera. Un hombre humilde, que de niño vio como sus amigos morían o traficaban para sobrevivir, creció en un campo de fútbol y llevó a la portería una filosofía de vida:  el fútbol no es para tomárselo en serio. Y así fue como ganó títulos y una estrella en el universo balompédico mundial. En este recopilatorio de Youtube podemos observar lo más granado de sus jugadas.






* Se que hay una descompensación entre los rankings de porteros goleadores. Ambos están extraídos de wikipedia. Imagino que el desfase está en que a Campos se le cuentan por separado los goles que metió con la camiseta de portero y los goles que metió con la camiseta de delantero después de cambiarse.


PD: Para no agotar al lector, he decidido hacer esta entrada en dos bloques. La parte número dos no contará con porteros con la personalidad de Campos e Higuita, pero traeremos a colación pequeñas joyas como el príncipe Rufai, o el inconsciente Barthez, pasando por la escuela alemana de porteros locos de los que dan miedo.




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