miércoles, 25 de diciembre de 2013

RAYO OLIVA: ESENCIA FUTBOLÍSTICA DE SALAMANCA

Los que sigan la revista “Panenka”, publicación cuya lectura desde aquí fervientemente recomendamos, conocerán una de sus secciones fijas, la casi minúscula “Clubes con encanto”, en la que se dan unas pinceladas sobre algún club de fútbol que, por el motivo que fuere, tienen ese “algo” que te hace imposible no quererlo; hoy, para Camarada Lobanovsky, hablaré de uno de los clubes más queridos de la ciudad de Salamanca, el Club Deportivo Rayo Oliva, equipo cuya camiseta esta temporada tengo el grandísimo honor, y lo digo muy en serio, de vestir con el 22 a la espalda (hoy no cambiaría esa remera por ninguna otra del mundo). He aquí mi homenaje a un club que en Salamanca es sinónimo de sentimiento.

Campo original del Rayo Oliva
El Rayito Oliva es, por antonomasia, por definición y por méritos propios, el club del Barrio Antiguo de la capital charra, vecindario de hondísima raigambre, levantado en el medievo sobre su predecesor romano, que a su vez se elevaba sobre el asentamiento que los vettones plantaron y defendieron con uñas y dientes (o al menos eso cuentan las leyendas) a orillas del Tormes. Todas las crónicas y libros de historia del barrio incluyen algún capítulo más o menos granado, sobre el Rayo, aunque sólo fuere porque su campo, su casa, su baluarte se ubicaba en pleno corazón del barrio, en los terrenos del Botánico, hoy campus de Ciencias de la también ínclita Universidad de Salamanca, los cuales domingo sí, domingo también, se convertían en el centro de atención de un vecindario entregado a una pasión que podría asociarse a la filosofía tan poco mesetaria del “viva el Betis manque pierda”.

El nacimiento C.D. Rayo Oliva se  ubica en los duros años de la posguerra, remontándose su original fundación al año 1949 (aunque algunos ya hablan de él en el año 47) y hallándose el origen de su nombre en la Calle Oliva; esta minúscula calle (hoy desaparecida del callejero salmantino, fagocitada por la actual Calle Balmes desde las operaciones de re-estructuración urbana de la zona antigua en los años 60) atesoraba siglos de Historia: irguiéndose sobre los ya citados antecedentes prehistóricos, romanos y medievales, antes de llamarse Oliva fue cuna del saber universitario y vivero de conventos. La historia de su bautizo, que es la del bautizo del Rayo, es todo un paradigma de las  famosas desamortizaciones: a mediados del XIX  se expropiacian los terrenos del convento de los frailes Agustinos, se venden en pública subasta y son adquiridos por el famoso editor-impresor D. Telesforo Oliva, al que le faltó tiempo para edificar dos hileras de casas de planta baja y de honrar el apellido familiar al meterlo en el callejero de Salamanca y, sin saberlo ni sospecharlo, en la historia de su fútbol.

En cuanto a sus fundadores, la historia, casi al alimón con la leyenda, cuenta que en la Calle Oliva y alrededores vivían eminentemente trabajadores, militares y civiles, de la Base Aérea de Matacán cuyo principal pasatiempo en ratos de permiso era el balompié; una cosa llevó a la otra y, papeles de por medio claro está, nació el Club Deportivo Rayo Oliva, cuyas primeras alineaciones se nutrían de los jóvenes talentos de la base aérea salmantina, vecinos del barrio… o al menos de los que allí quedaron, ya que la mayor parte de sus jugadores fueron trasladados por motivos de trabajo y re-estructuración militar a la Base Aérea de Cuatro Vientos, Madrid, pasando, dicen, muchos de ellos a engrosar las filas del también neófito Athletic Aviación.

Escudo del club
Y así, como club con vocación polideportiva echó a andar el Rayo Oliva como equipo de fútbol, haciendo lo que podía domingo a domingo en las Pistas del Botánico, propiedad de la Universidad de Salamanca, para goce del barrio, unas veces, si se ganaba, y disgusto del personal si se perdía, lo cual era bastante frecuente. Luego ya vino la desaparición de la Calle Oliva en los 60, la refundación del club en los 80 (que fijó el organigrama, estructura y características actuales) y el exilio del Botánico, corazón del Barrio Antiguo a Salas Bajas, a la orilla del Tormes, en los 90 al descubrirse que 50 años se llevaba jugando al fútbol encima de unos restos arqueológicos del siglo II antes de Cristo.

Por lo demás,  en Salamanca todo el mundo conoce al Rayo Oliva, y en mayor o menor medida, a casi todo el mundo le cae simpático, quizás por ese halo de equipo de andar por casa, de barrio, peleón, con su orgullo, su historia y su raza, aunque sus números digan que se pierde más que se gana y las tablas clasificatorias den ganas de leerlas del revés.

Además, desaparecida la Unión Deportiva Salamanca por la zafiedad de los que la tuvieron entre manos, se ha quedado junto con el Monterrey, ahora decano, con la responsabilidad de perpetuar la historia del fútbol charro, y ello desde su abnegada gestión mancomunada sacando tiempo de dios sabe dónde, de sus jugadores- entrenadores, de sus tácticas mutantes, de sus arcas con más agujeros que el acueducto de Segovia y, sobre todo, desde la entrega de los que todos los domingos del año nos dejamos todo dentro de su camiseta verde aceituna.

Aúpa Rayo, esencia del fútbol salmantino, por muchos años relampagueando de verde la tierra charra.


Daniel Piñero



martes, 22 de octubre de 2013

SEMBLANZA DEL CORONEL : FÚTBOL MATEMÁTICO EN EL LABORATORIO SOVIÉTICO

Si a cualquier persona de mi generación aficionada al fútbol le mencionas a Valeri Lobanovsky, le vendrá rápidamente una imagen a la cabeza, una de las estampas más clásicas de la Copa de Europa a finales de los noventa: la sobria figura del entrenador de porte soviético, gesto adusto, gorra y  manta de cuadros sobre las piernas, balanceándose casi imperceptiblemente, mientras tenía sus ojos fijos en el campo. Una imagen hierática que contrasta con los entrenadores- espectáculo que vinieron después. De hecho su aspecto anciano y su actitud daba pie a hacer algunos chistes sobre la función del personaje en el banquillo, pues daba la impresión de que estaba allí “como puesto por el ayuntamiento” y parecía no pintar mucho. Pero no hace falta investigar mucho sobre nuestro personaje preferido para que esa imagen caiga bruscamente. El señor Lobanovsky tenía controlado hasta el más mínimo detalle de la táctica y el rendimiento de sus jugadores. Tal es así que no le hacía ninguna falta hacer aspavientos en la banda ni protestar decisiones arbitrales.

 Lobanovsky , podemos asegurar, fue un hijo deportivo del U.R.S.S y quizá uno de los que alcanzara mayor grado de perfección.  En la Unión Soviética no existían deportistas profesionales como tal, puesto que el deporte ("cultura física") era presentado en los países socialistas como un derecho más para la ciudadanía. El gobierno y la administración ponían a disposición de los ciudadanos instalaciones y clases formativas. La educación y el deporte eran fundamentales en la formación de los habitantes de la Unión Soviética y no se descuidaba uno por otro, si no que se facilitaba la complementación de preparación física y educación intelectual.. No se concebía  la súper-especialización  que representa el deporte profesional, de tal modo que todos los deportistas tenían estudios y carreras más allá de su actividad deportiva.

Por todo esto no cabe duda que Lobanovsky representaba el espíritu del deportista soviético, considerado además un genio precusor de muchas ideas tácticas que aún hoy están en boga. Fue también un hombre de ideas que supo aplicar sus “fórmulas” matemáticas al fútbol sin sacrificar el talento para que estas funcionaran.
Sus etapas como jugador y entrenador en el Dinamo de Kiev fueron ciertamente exitosas, y tampoco le fue mal como entrenador de la U.R.S.S. Es  considerado uno de los padres del fútbol total como Rinus Mitchells. Sus equipos en estado de gracia se movían rápidamente y con agilidad,  intercambiaban sus posiciones sin esfuerzo aparente confundiendo las marcas de los contrarios, todo ellos con una naturalidad y fluidez que no hacía sospechar que todas estas permutas antes habían estado en la cabeza del Coronel y en sus sistemas de análisis. Tal es así, que tras la victoria del equipo ucraniano en la Recopa del año1985 sobre el Atlético de Madrid, el periódico el país dijo que los soviéticos “jugaron como un equipo venido del futuro”.

Lo cierto es que Lobanovsky parecía tener un talento natural para el fútbol y siempre fue su objetivo “cientificar” y tecnificar el deporte rey para hacerlo más eficiente. Nacido en Kiev en 1936, destacó pronto como deportista. Asistió y se graduó en la Escuela de Fútbol de Kiev y en la Escuela Juvenil de Fútbol de la misma ciudad. Valeri era un jugador veloz y talentoso, pues a los 22 años debutó con el equipo más importante de su ciudad, el Dinamo de Kiev – equipo al que estará ligada toda su carrera- como lateral izquierdo. Una de sus especialidades fue el marcar goles desde la esquina del córner, puesto que cuentan los testigos que sabía golpear al balón con un efecto fuera de lo común. Algunas personas se atreven a aventurar que detrás de ese talento existían preciosos cálculos matemáticos, afirmación que no nos debe de extrañar, puesto que este ucraniano insigne tuve siempre una extraordinaria relación con las ciencias exactas. En su adolescencia ya había ganado una medalla de oro en matemáticas al cursar sus estudios de secundaria, estudios que continuó mientras jugaba en el Dinamo (Una vez más, educación y deporte en la U.R.S.S), doctorándose en Matemáticas(o Ingeniería Térmica, varía según las fuentes) en el Instituto Politécnico de Kiev.

No hay que olvidar que Valeri Lobanovsky vivió inmerso en plena época de la carrera espacial, vio como la Unión Sovíetica ponía el "Sputnik" en órbita y asistió al nacimiento y desarrollo de la ingeniería informática en su ciudad natal (la capital de “los ordenarores” en la URSS). Es decir fue testigo y participó de la época de mayor desarrollo científico y tecnológico que jamás se había visto en el mundo hasta la fecha. Parecía que los avances no tendrían fin. Los mismos avances que él aplicaría para mejorar el rendimiento de sus equipos como entrenador.

Tras siete años en el club de sus amores y breves estancias en el Chornomorets de Odessa y el Shacktar Donest como jugador, el lateral decidió colgar las botas. Tras de sí dejaba 71 goles en 253 partidos, y varias convocatorias con la selección nacional de la U.R.S.S así como un aprendizaje que luego aplicó en su etapa como entrenador.
Equipos de leyenda: El Dinamo del 85.
Un año después de abandonar la banda, fue contratado como entrenador del Dnipro Dnipropetrosk, y tras cuatro exitosas temporadas en las que subió el equipo de segunda división a una meritoria sexta posición en primera, fue contratado por el Dinamo de Kiev en 1974, donde comenzaría una de las etapas más gloriosas de este equipo, el cual dirigió quince de las siguientes diecisiete temporadas siguientes.  En esta época acabó con la dominación moscovita en la liga soviética trasladando el centro de gravedad futbolístico del este hacia la capital ucraniana, ganó ocho ligas, seis copas, la Recopa de Europa en 1975 y 1986 y  la Supercopa en 1975. Pero ni a nosotros ni al Camarada nos interesa el cuanto, si no el cómo. Y el cómo es como para volverse loco. Como hemos dicho, Valery utilizaba el fútbol total para descolocar a los contrarios, y hallar los espacios y las ventajas, pero no de una forma intuitiva como lo hacía la Holanda de la Naranja Mecánica, si no de una forma analítica y estudiada, para Lobanovsky el fútbol es:

“un sistema de 22 elementos (con 2 subsistemas de 11) que se desplazan dentro de un área definida (el campo de juego) y sujeto a una serie de restricciones (el reglamento). Si los dos subsistemas se igualan, es empate. Si uno es más fuerte, triunfa”, y trata “menos acerca de los individuos que sobre las coaliciones y las conexiones entre ellos¨

Pero esto no es todo. La computación y el análisis de las condiciones físicas de los jugadores también fue un aporte del ucraniano al fútbol de la época. Tras conocer a Anatoly Zelentsov, director del Instituto de Ciencias Físicas de Kiev y experto en bioenergía y psicología, comenzó una relación cordial que le ayudó a implementar su método para optimizar el rendimiento de los futbolistas. Tal es así que Lobanovsky siempre agradeció a Zelentsov su ayuda hasta el punto de darle el mérito de toda su formación como entrenador. De hecho Zelentsov ideó un sistema de análisis computerizado de los partidos con los cuales evaluar a los jugadores, que al desarrollar un fútbol que ocupaba todo el campo y en permanente cambio, necesitaban una excelente condición física. De ahí la dureza de las sesiones de entrenamiento del Coronel, al que sus pupilos llamaban “el monstruo” por su voracidad insaciable de esfuerzo.  También Lobanovsky fue el primero en registrar de en rudimentarias computadoras todas las incidencias del partido, desde tiros a puerta hasta faltas recibidas por cada jugador. Toda esta información junto con el rendimiento era exhibida en el vestuario para que el jugador pudiera mejorar tátcicamente. Pero a diferencia de otros entrenadores de la “rama” científica,  el preparador de Kiev no aniquilaba el talento, y para muestra un botón, su última aportación al fútbol fue el descubrimiento y puesta en valor de Andriy Shevchenko, ya en su última etapa como entrenador del Dinamo, en la Ucrania post -soviética.

El gran "Sheva" ofrece la "Champions" a su padre futbolístico.
Debido a sus éxitos con el Dinamo, las autoridades soviéticas lo consideraron el preparador ideal de la selección nacional. Como seleccionador de la URSS el Coronel llevó al equipo a octavos de final en el mundial de 1986 tras ganar a Hungría 6 a 0, y dos años más tarde llegaría a la final de la Eurocopa 88 de Alemania Federal, y perdería con la Holanda de Van Basten y Gullit.

Como hemos dicho, Lobanovsky pasó sus últimos años en el Dinamo de Shevchenko (que lo reconoce como un padre futbolístico) Gusin y compañía que le endosó el famoso 0 - 4 en el Camp Nou al Barcelon de Van Gaal. En 2002 muere tras un infarto cerebral y la posterior cirugía a la edad de 63 años. Tras su deceso Ucrania le dio el título de Hérone Nacional y Shevchenko (Es de bien nacido ser agradecido) le ofreció la Champions League que había ganado con el Milan.

PD:   ¨la forma de alcanzar el objetivo es la preparación de atletas polivalentes, preparados atléticamente en los sincronismos con o sin pelota, de manera que cada jugador sepa siempre dónde pasar la pelota antes de recibirla y el equipo sepa cómo, dónde y cuándo atacar y defender. A veces la gente dice que el significado del fútbol es sólo en ataque, pero está más cerca de la verdad decir que cuando poseemos la pelota, estamos atacando, y cuando nuestros oponentes tienen la pelota, estamos defendiendo. A partir de este fundamento, la estrategia de fútbol se deriva: ¿cómo, dónde y cuándo atacar o defender? Lo más importante en el fútbol es lo que un jugador está haciendo en el campo cuando no está en posesión de la pelota, no al revés. Así que cuando decimos que tenemos un excelente jugador viene del siguiente principio: 1% talento y el 99 % trabajo duro "  Lobanovsky y Zelentsov  en el libro ¨The Methodological Basis of the Development of Training Models¨

Una visión sobre socialismo y deporte en: http://tintaroja.es/cultura/155-deporte-y-socialismo-el-deporte-como-derecho-

Algo más sobre el camarada: http://laboratoriopincharrata.blogspot.com.es/2012_09_01_archive.html
                                             http://espnfc.com/news/story/_/id/1515677/?cc=5739


Aquí un resumen de la final de la Recopa del 86. (Gallina incluida). El tercer gol del Dinamo (minuto 2:00) es considerado la quintaesencia de los equipos de Lobanovsky:


miércoles, 9 de octubre de 2013

FÚTBOL Y ROCK: THE SHOW MUST GO ON (Epílogo)

Terminamos nuestra trilogía sobre fútbol y rock con algunos apuntes sobre jugadores y músicos que hemos ido dejando en el tintero en las entradas anteriores. No era del todo necesario y probablemente, por cada caso que recordemos olvidaremos diez, aún así aquí va.

En la última entrada sobrevolamos hasta el último rincón del Reino Unido buscando músicos apasionados del fútbol, y tal era la cantidad que tuvimos que ponerle coto. Ahora volvemos al solar ibérico en busca de futbolistas rockeros. Comenzábamos esta serie de artículos haciendo mención de nuevo a Manolo Alfaro, un "killer del área" que mostraba sus camisetas de AC/DC y Barricada siempre que marcaba un gol, lo que ocurría a menudo en su etapa como jugador del Hércules C.F. Lo cierto es que jugadores de este tipo son una "rara avis" que destaca entre el perfil plano de los jugadores de origen español. Para muestra un botón: El pasado verano, durante la estancia de la Selección Española de fútbol en Río mientras se celebraba la Copa Confederaciones, el periodista Luis Martín (El País)  se dedicó a hacer una serie de entrevistas con preguntas y respuestas cortas a los integrantes de la plantilla.. ( se puede ver aquí http://deportes.elpais.com/deportes/2013/06/19/actualidad/1371650618_945774.html). Entre un sinnúmero de preguntas frívolas el periodista cuestionaba a los jugadores si sabían el nombre del cantante de la Polla Records y cuál había sido el primer concierto al que los jugadores habían asistido. Los resultados fueron significativos, de veintidós nadie supo responder a la primera pregunta, y las respuestas a la segunda se alejaban mucho de hacernos pensar que los campeones mundiales son unos metalheads, a no ser que consideres a "La Oreja de Van Gogh -respuesta muy repetida- una banda de rock duro.
Evaristo y su camiseta modificada.

Aunque este es el escenario habitual, afortunadamente existen algunas excepciones en este aburrido escenario. Por ejemplo el jugador del R.C.D Espanyol y anteriormente lateral zurdo titular del combinado nacional español, Joan Capdevilla, afirma que, como Manolo Alfaro, su banda de música favorita es Barricada y que también escucha con asiduidad Offspring. Ha asistido a varios conciertos de la ya extinta banda navarra y según se puede leer por la red parece que ha trabado buena amistad con los integrantes del grupo. Por otro lado, al igual que confiesa sus gustos por la música menos comercial, también confiesa sin sonrojo que en su vida ha terminado un libro (¿Libros, qué es eso, se come?.) Caso radicalmente opuesto al jugador que nos ocupa ahora: Esteban Granero.

Granero antes de un concierto... digo, antes de un partido.
Granero es un jugador al que fácilmente se le coge simpatía seas del equipo de seas. Su aspecto de estrella del rock sureño de los setenta, su apodo -"El Pirata"-y  su clase con el balón en los pies hacía que te fijaras en él  como un mirlo blanco en el mar de gomina, afeitados impolutos y tatuajes "New Age" en el que se había convertido el Real Madrid en el que  militaba.. Jugador con mucho talento y poca suerte, (Encontronazo con Mourinho en el Madrid, paso por el Getafe, descenso del Queen Park Rangers, lesión con la Real Sociedad...) siempre es un placer leer sus entrevistas y opiniones. Lector asiduo, puede conversar sobre Borges, Murakami  y citar a Nietszche en una entrevista  Se le puede ver en los viajes de equipo o en las concentraciones leyendo un libro mientras sus compañeros juguetean con el teléfono móvil o con la "play station". También es estudiante de psicología, y a pesar de todo ello no parece una persona engreída y pedante cuando habla. Centrado, tranquilo y humilde, escapa del encefalograma plano cultural del que suelen adolecer los futbolistas. Reconoce en algunas entrevistas que no le gustaba la música que ponían en el vestuario Ramos y Marcelo, y esperaba tener algún día la suficiente influencia como para ser él el que pinchara. Dice que le gusta la música en general, pero reconoce su particular afición por el rock, The Doors, y The Yardbirds son algunos de sus grupos de cabecera. Quizá contagiado por los sueños de todo rockero aficionado se animó a coger la guitarra y rasguear algunos acordes, aunque según sus propias declaraciones, lo hace bastante peor que su amigo el también futbolista Juan Mata.

Frank pensando en The Pixies...
Otro tipo especial y amante de la buena música (y la buena vida) es Frank Rijkaard. Aunque desafortunadamente ya no podemos seguir sus andanzas en la liga española, dejó tras de sí, a parte de un legado futbolístico extraordinario, una serie de anécdotas curiosas. En Barcelona era normal encontrarse al técnico holandés en conciertos de rock alternativo. Audioslave y Pixies son dos de sus bandas favoritas. Pero no se queda ahí, Sex Pistols, Smiths, Nirvana..., el señor Frank es un auténtico melómano como se puede comprobar en entrevistas como esta http://matador.elconfidencial.com/2009/03/rijkaard-los-pixies-cambiaron-mi-vision.html. Otro colega de profesión del holandés va un paso más allá: El ex jugador y seleccionador nacional de Croacia Slaven Bilic compagina sus tareas deportivas con su papel como cantante y guitarrista del grupo de rock Rawbaw. Un caso similar fue el de Germán "El Mono" Burgos, que antes de convertirse en segundo de Simeone con aspecto de hampón de La Boca  lideró la banda de rock "The Garb" en Argentina.

ALGUNAS CANCIONES.

Somos conscientes de que en estas entradas existe una carencia fundamental. Hemos pasado de puntillas u omitido directamente la relación entre fútbol y rock en toda Latinoamérica, lugares donde ambos espectáculos despiertan auténticas pasiones. Argentina, por ejemplo, merecería un libro entero con el tema que nos ocupa. Existen miles de grupos y numerosas canciones con temática futbolística, muchos de ellos con el D10S argentino de protagonista, como puede ser la canción "Maradona" de Andrés Calamaro. Sobre Maradona trata también el tema "Santa Maradona" (¿No me digas?) de Mano Negra, grupo primigenio del cantante francés e hincha del Deportivo de la Coruña, Manu Chao. Algunos himnos y cánticos han sido versionados numerosas veces, esto sucede con el famoso "You´ll never walk alone", siendo la revisión del grupo de pun- rock alemán Die Toten Hosen una de las más populares.
Hablando de himnos, si te mueves por según que ambientes es imposible que hayas dejado de escuchar el himno del Athletic de Bilbao acelarado y guitarrero que compusieron los míticos punks de Bilbao M.C.D. Aunque para himno rockero, la nueva versión que hizo la institución del himno del Deportivo de La Coruña, (compuesta por el grupo coruñés, Cacahué) que a ritmo swing y con sus tres acordes deja atrás rancias versiones y letras vetustas y se marca un ritmo de lo más bailongo y vacilón.

Esto toca a su fin, y aunque la temática tiende a infinito, de alguna forma hay que acabar. Y qué mejor forma que con el vídeo de una de las canciones futboleras que más me han gustado siempre, por su aire popular y canchero: "El Pible de mi barrio" de los colombianos Doctor Crápula.






miércoles, 25 de septiembre de 2013

FÚTBOL Y ROCK: "THE SHOW MUST GO ON" (Parte II)

Geezer Butler alardea de camiseta.
Habíamos terminado la primera parte de esta entrada a ritmo de reggae de la mano de Bob Marley, centrocampista llegador, y en sus ratos libres músico. Pero ahora se acabó la tranquilidad de las líneas de bajo de de Aston Barret y la espiritualidad en la que nos envuelve Bob con su voz, ahora mismo cogemos el avión de vuelta a las Islas Británicas para conocer las ansias futbolísticas de los creadores de las atmósferas más cargantes y pesadas en el mundo de la música. Sí señor, estamos hablando de los padres del Heavy Metal: Black Sabbat. Naturales de Birmingham, ciudad donde comenzaron sus fechorías, todos los miembros de la banda han mostrado su apoyo apasionado al Aston Villa, desde su icónico cantante Ozzy Osbourne hasta el guitarrista creador del sonido Sabbatah, Tony Iommy. Pero parece ser que el socio más fiel e incondicional del club de  "los villanos" es el bajista Geezer Butler, que aprovecha la menor ocasión para mostrar los colores de su equipo. Basta con trastear un poco por internet para ver la relación de amor absoluto que Buttler tiene con el club. En su página web oficial (http://www.geezerbutler.com/) se le puede ver alardeando de su camiseta personalizada del Aston Villa con el número 13 a la espalda e impreso el nombre de Black Sabbath. Completa la fotografía una bandera de dos por dos metros haciendo las veces de funda de sofá. Aunque actualmente vive en Los Ángeles (EE.UU), no ha perdido contacto con el club de sus amores y se las arregla para seguir las andanzas del mismo en la Premier League. Querido tanto por los admiradores de sus bandas (Black Sabbath, Heaven and Hell etc.) como por los seguidores de  "los villanos", el bajista terminó de conquistar a estos últimos cuando en 2006, en la ceremonia de inclusión de "los Sabbath" en el Rock and Roll Hall fo Fame de Cleveland (O´Hio), soltó antes de que la banda abandonara el escenario un apasionado "¡Up the Villa!" que probablemente pocos yankis entendieron.

Punks londinenses con mucho talento
Y de los padres del Heavy Metal nos vamos a los padres del punk político. Bajaban las aguas revueltas en Londres en 1976. Se avecinaba el thatcherismo, la juventud desencantada había encontrado un modo de vida y estilo musical que canalizaba su rabia ante una sociedad hipócrita y un futuro más bien nebuloso: El punk. Pero entre los resquicios del nihilismo que destilaba este nuevo modo de vida caracterizado por la rabia, la provocación y la autodestrucción, se estaba colando un mensaje peligroso, el de la xenofobia y el racismo. Los partidos de ultraderecha ingleses estaban aprovechando el desencanto de la juventud para manipularlos a su antojo. Por eso, The Clash, con Joe Strummer al mando, decidieron combatir con su música y sus letras contra los prejuicios raciales, la desigualdad y las injusticias de todo pelaje. Pero no sólo de política vive el hombre. Los Clash, como cualquier chico joven inglés, le daban también al fútbol cuando tenían un rato. En el libro "Nuestra rebelión personal: Día y noche con los Clash", su autor Johny Green (ex. road manager) de la banda londinense relata cómo en las temporadas de estudio, siempre había partidos de fútbol calle en los descansos, que se desarrollaban en unas pistas cercanas al lugar de grabación. Se dice que el grupo comenzó a jugar sus "partidillos" en los descansos de los ensayos y grabaciones del "London Calling" para "crear grupo" entre miembros de la banda y técnicos. Joe era un jugador irregular y muy deportivo, en cambio el guitarrista Mick Jones tenía un talento extraordinario con el balón en los pies. (Así como para la música, puesto que si Joe Strummer fue el alma de los Clash, Mick era el mejor músico en el sentido amplio de la palabra). Además de ser buen jugador, Mick era aficionado de un equipo del oeste de Londres, nada más y nada menos que el Queen Park Ranger. La afición del guitarrista por el fútbol venía de antiguo. Jones, reconocido coleccionista de todo tipo de artilugios y recuerdos, reconoce que su colección favorita es su libro de autógrafos de jugadores de fútbol. Según sus propias palabras "Tengo a todos del equipo ganador del Mundial de Inglaterra. Los entrenadores, los preparadores, todos. Eso fue en 1966 cuando ganamos la Copa Mundial. ¡Lo más grande!" Ya en épocas más recientes, Mick ha sido nombrado socio honorario del Liverpool por los conciertos solidarios con los que ayudó a recaudar fondos destinados a las familias de las víctimas de la tragedia de Hillsborough. En definitiva una vida dedicada a la música y a combatir las injusticias sociales, pero sin dejar de lado una de sus más grandes aficiones.

Una foto legendaria
Para terminar con el trío mayor bandas británicas, y cambiando de estilo una vez más, pero siempre con guitarras eléctricas y rock como punto en común vamos con otra mítica: Queen. Si nos preguntamos qué relación tiene esta banda británica con el fútbol, seguramente lo primero que se nos venga a la cabeza será el famoso "We are the Champions" que suena hasta la saciedad berreado por los ganadores de cualquier torneo. Y efectivamente así es, Queen son los compositores de uno de los himnos futbolísticos más coreados del planeta. Con respecto al origen de tal canción existen dudas; algunas personas afirman que el himno es una canción de motivación y auto-superación sin más, otros aseguran que Freddy Mercury la compuso para el Manchester United. (De hecho la polémica fue alimentada por el propio cantante haciendo declaraciones en ambos sentidos).  Pero si vemos la foto que ilustra este párrafo nos podemos dar cuenta de que la relación de los británicos con el fútbol va más allá. Allá por 1981, la ya famosa banda de rock Queen giraba por Argentina. El 8 de Marzo la banda inglesa había colgado el cartel de "sold out" en la taquilla del estadio de Vélez Sarsfield (con capacidad de unas cincuenta mil personas), situado en el extremo Oeste de Buenos Aires. El público estaba entusiasmado con el show de los británicos. Tocando la fibra de los asistentes, el carismático frontman de la banda había decidido enfundarse la elástica albiceleste. Ya sabemos que para los argentinos, como para servidores, el fútbol es religión. Las canciones se sucedían una tras otra sin dejar respiro a los asombrados asistentes. Mercury era el centro de atención de las cincuenta mil almas que allí se congregaban. Hasta que antes de comenzar la canción número veintidós aparece en escena una figura conocida por casi todos los argentinos. Enfundado en una camiseta con los colores de la Union Jack, el que después sería héroe nacional argentino, Diego Armando Maradona tras dar un pequeño agradecimiento a la banda y presentar la canción al público comenzó a dar toques a una pelota mientras comenzaba a sonar el bajo de John Deacon introduciendo las primeras notas de "Another Ones Bites The Dust" Esto sucedió antes de que "El Pelusa" volara a Europa o regalara tantas tardes de gloria al combinado nacional Argentino. También sucedió antes de la guerra de las Malvinas y de la "Mano de Dios". Pero Freddy Mercury quiso unir rock y fútbol para lograr una comunión total con la gente, de hecho la idea de invitar al astro argentino fue suya. Así que lo que rock y fútbol han unido que no lo separen políticos y guerras.
Más allá de esta preciosa anécdota, el astrofísico y guitarrista de la banda, Brian May patrocina un club club de fútbol infantil (Purley Jubilee) que es entrenado por uno de sus técnicos. Sobre a qué colores profesa amor este hombre del Renacimiento metido a estrella del rock, no he podido sacar información concisa.

Los chicos de Pink Floyd posando para la foto de equipo
Finalmente, para ir terminando con las Islas Británicas, haremos mención somera a otros grupos y su relación con el fútbol nacidos en la "Pérfida Albión". Uno de ellos son los astros del rock progresivo Pink Floyd. Los integrantes del grupo llegaron a crear su propio equipo el Pink Floyd F.C. No sabemos qué tal combinaban las ingestas de altas cantidades de ácido lisérgico con partidos de tan noble deporte, pero el caso es que estos inglesitos eran unos apasionados. Buscando en la superficie de la red se pueden ver miles de fotos de ellos vestidos de corto. Los miembros del equipo apoyaban al Arsenal F.C y al Liverpool, y llegaron a introducir en su séptimo disco de estudio (Meddle), una canción que hacía alusión directa a una expresión en slang que se escucha en la grada de los estadios cuando ves a un jugador ver hacer algo que te asombra sobremanera. Esta canción es "Fearless" y comienza y termina con un audio del famoso cántico inglés "You´ll never walk alone".

Probablemente alguien me mataría si tras dos extensas entradas hablando de fútbol y música ingleses no menciono a The Beatles aunque sea de pasada. Efectivamente, los cuatro de Liverpool apoyaban a los equipos de su ciudad, en una relación de fuerzas bastante igualada. Parece ser que Ringo Starr y John Lennon apoyaban con todas sus fuerzas al Liverpool, mientras que Paul McCartney y George Harrison eran supoorters de su eterno enemigo el Everton.

Como podemos ver en las Islas son incontables los casos que relacionan deporte y música. El más famoso quizá sea el caso de los hermanos Gallagher. Los creadores de Oasis han mostrado impetuosamente su afición por el Manchester City a pesar de ser ellos naturales de Birmingham. Por otra parte, Rick Savage, bajista y fundador de la banda de hard rock Deff Leppard (la del batería manco) es seguidor del Sheffield United y fue jugador en su juventud, así como lo fue Richard Ascroft de The Verb, que jugó en los juveniles del Wigan Athletic y es un hincha del Manchester United declarado. Como se puede ver la lista se puede ampliar hasta el infinito.

Esto es todo por ahora. Para no dejarnos nada en el tintero habrá Fútbol y rock Parte III a modo de epílogo. Tengan una feliz semana.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

FÚTBOL Y ROCK: THE SHOW MUST GO ON (Parte I)

Fútbol y rock es un binomio que, por la la naturaleza de ambos eventos entendidos como espectáculos de masas, no puede si no funcionar. Probablemente, en lo primero que pensamos al relacionarlos es un estadio lleno de gargantas vociferantes mientras una banda de rockandroll  descarga su show en una apoteosis  de de watios y luces. Ahí están para el recuerdo el primer concierto de los Rolling Stones en Madrid, en el estadio Vicente Calderón, los numerosos shows de AC/DC en estadios de toda Europa, y como no, quizá en la madre de todas las simbiosis épicas, el mítico directo de la  banda británica Queen en el viejo Wembley, que esa noche de julio de 1986  escuchó la voz de Freddy Mercury elevarse sobre 150.000 almas en silencio mientras cantaba "Who wants to live forever" y alcanzaba una inmortalidad no deseada.

Alfaro, el delantero rockero.
Pero más allá de los recitales multitudinarios, existe una relación entre estrellas del rock y del pop y fútbol mucho más jugosa. En esta entrada trataremos sobre la pasión de algunas estrellas por el balompédico deporte, en algunos casos evidente, en otros casos rayando lo enfermizo, y en otros casos mucho más sutil.
Ahora bien, si al leer estas líneas has pensado, "¡Bien, por fin van a hablar de Álvaro Benito y su gran grupo de punk- rock, Pignoise"-, tienes dos opciones: Una es salir del blog, borrarnos de tu historial, retirarnos el saludo, nunca volver a aparecer por estos lares y rogar que no te encontremos... Otra es sentarte y leer un poco de lo que tienes delante y así quizá halles el camino hacia la luz. Por fortuna si estás leyendo esto eres (con casi toda seguridad) de los que recuerdan a Manolo Alfaro celebrando los goles que marcaba con el Hércules mostrando la pertinente camiseta de AC/DC, Barricada o Led Zeppelin que llevaba bajo la elástica blanquiazul (antes de las normas FIFA al respecto y del fútbol moderno)

Pasada esta plomiza introducción, aviso de que la lista es ciertamente aleatoria y errática, pero no por ello exenta de criterio.  Como podemos observar a lo largo de las dos entradas, muchos de los músicos que trataremos son ingleses o de países que a lo largo de la historia han tenido influencia anglosajona. No en vano, aunque esta sea una civilización bárbara  que se atreve a llamar al "fish and chips" gastronomía; haber creado el fútbol con las reglas actuales y dado a luz a Black Sabbath, The Beatles, Led Zeppelin, The Clash, Queen o Motorhead les indulta ante el juicio de la historia y sirve para qué explicar por qué las estrellas de rock inglesas tienen mayor tendencia a mostrar sus debilidades futboleras.

Rod Stewart y Eltohn John, calientan motores.
El caso más flagrante y famoso de estrellas futboleras salió a la luz hace no demasiado tiempo. Rod Stewart lloraba de emoción al ver como su Celtic de Glasgow lograba imponerse al que muchos consideraban mejor equipo del mundo en ese momento, el Fútbol Club Barcelona dirigido por Tito Vilanova. El cantante, nacido en Londres de familia escocesa,  es un apasionado del Celtic de Glasgow y acude a los partidos de su equipo siempre que puede. Por su puesto, tiene un asiento reservado que queda vacío si él no asiste. La victoria de su equipo del alma en Hampden Park justo en el 125 aniversario revelaron al mundo un futbolero apasionado. Detrás de esta imagen se escondía la vida de un amante del "football" desde su más tierna infancia. Intentando desarrollar su verdadera pasión y animado por su padre, el escocés que decantó a Rod a hacerse hincha del Celtic (aunque curiosamente él era del Hibernian), militó en el equipo amateur Middleesex School Boys y probó en las cageorías inferiores del Brentford S.C, equipo centenario del oeste de Londres que actualmente milita en la League One. Aunque el salto a la profesionalidad no llegó y la vida del bueno de Rod giró por otros derroteros, nunca abandonó su afición por el fútbol. Famosas son sus "pachangas" con otro británico de pro, Sir Eltohn John, así como su foto en el estadio "Monumental" de Buenos Aires en el que salió con la elástica albiceleste a dar su recital. Anteriormente Roderick David Stewart había visitado Argentina en el Mundial de 1978 donde estuvo apoyando a la selección nacional Escocesa durante su corta estancia en el torneo internacional.

El escudo del West Ham siempre viaja con Harris
Algunos años más joven que Stewart (aunque no muchos, nació en 1956) es el también británico Steve Harris, creador, bajista y compositor de la banda de heavy rock más famosa de todos los tiempos, Iron Maiden. Harris, como buen inglés,  apoya a uno de los equipos de su ciudad natal, de tal modo que el escudo del West Ham United lo acompaña siempre pegado en la parte superior de su mítico bajo "Fender Precision " blanco. Además dicen los que le conocen que tiene un toque de pelota bastante fino (las cuerdas de bajo tampoco se le dan mal), no obstante jugó en las categorías inferiores de su equipo del alma. En las giras de los Maiden siempre hay lugar para una pachanga, y de hecho, tienen su propio equipo de fútbol, el Iron Maiden F.C, con el cual disputan algunos partidillos a las ciudades donde van de gira. El uniforme de esta equipo, por supuesto que salió a la venta- merchandising manda- En las fotos interiores del disco "Virtual XI" se puede ver a los componentes de Iron  Maiden junto a jugadores y ex jugadores de prestigio internacional como Faustino Asprilla, Marc Overmars o Pol Gascoigne vistiendo el uniforme de la banda. Para terminar con los Maiden, en el vídeo oficial del tema "Wasted Years" (lo podéis ver insertado al final de esta entrada) se pueden ver imágenes del grupo en su (segundo) elemento, futboleando con bastante arte.

Menudo equipazo que se montó Steve Harris. Asprilla, Overmars, Gascoigne...



Bob con su amigo inseparable.
Nos alejamos unos cuantos kilómetros en el globo y unos cuantos compases en el estilo. Robert Marley Nesta Booker (1945-1981) se cuela en esta entrada con un nombre de fútbol y con un gol por toda la escuadra: "Libertad, el fútbol es libertad" decía Bob Marley a unos periodistas en alguna ocasión. Sí, ya sé cuán grande es la diferencia entre el reggae y el rock, pero convendremos que sel Señor Robert  es el primer músico de reggae  que tuvo marchamo de estrella de rock. Bueno, a lo que íbamos. Bob Marley era un auténtico apasionado del esférico. Decían que siempre llevaba uno y le servía para hacer amigos  y conocer gente. Como sucede en el caso de Steve Harris, Bob Marley jugó al fútbol desde bien pequeño, de hecho, muchos de sus biógrafos dicen que si no hubiera empezado con la pizarra el fútbol habría sido su modo de vida. También como los Maiden, en todas sus giras siempre había espacio para un partidillo diario. Admirador del Brasil de Pelé,  pudo jugar con un ex- compañero de O Rei, (Paulo César) en una visita a Río de Janeir. Allí recibió la camiseta del "diez" del Santos como detalle de cortesía. Otro sueño cumplido de Marley, según Alan Skill- ex futbolista y manger de Bob Marley, fue jugar en el "National Stadium" de Jamaica otro partido entre amigos, donde el jamaicano jugó de volante- delantero. Dice la leyenda que una herida causada por el pisotón de un periodista inglés en  1977, durante un encuentro de miembros de la banda de Bob Marley contra periodistas causó la herida (en el dedo gordo del pie) que acabó matándole cuatro años después. También dice la leyenda, que quiso ser enterrado con su Gibson Les Paul, un poco de marihuana, la biblia rastafari y una pelota para el viaje.


Como "bonus"de esta primera parte,  aquí queda el vídeo de "Wasted Years" donde se aprecian las artes futbolísticas de los Maiden:


viernes, 13 de septiembre de 2013

Lo indecente

Parafraseando a esos imprescindibles punk-rockeros levantinos: vamos a ver si entendemos de una vez/ que es lo indecente y lo que no lo es.
El final del verano (léase agosto) y el inicio de los campeonatos de liga, acostumbra a arrastrar, aparte del inexorable regreso a los monos de trabajo, cuellos de camisa y horarios de siete tipos diferentes, el histérico baile de los fichajes, traspasos, cesiones… y de millones de euros, libras o de cualquier moneda inventada por el ser humano o signo que lo represente. Nos envuelve esa subasta de ganado en la que, a diferencia de la que sellaban nuestros abuelos con apretón de manos y chato de vino (con sus luces y sus sombras), se incurre sobradamente en la indecencia.
Lejos de lugares comunes que en el gremio se manejan, más propios de la jerga de burdel, y partiendo de los años luz que nos distancian hoy en día de aquél todo necio/confunde valor y precio que nos legó el poeta (dónde habrá quedado, el pobre) tampoco es tan difícil saber qué es lo indecente y qué no lo es.
Indecentes son tres cuartas partes del periodismo deportivo, que descaradamente miente, engaña, manipula y nos toma por el género bobo (por algo será). Indecentes son las cifras, indecentes son los modos, indecente es el mensaje, indecente es la brecha entre ricos y pobres, indecentes son los desequilibrios entre las divisiones del fútbol profesional, indecente es en general el negocio del fútbol en particular. E indecente es decir que 100 indecentes millones de euros se reintegran vendiendo indecentes camisetas: 100 millones, divididos entre los 70 euros del precio medio por indecente camiseta (siendo generosos) arrojan la imperiosa necesidad de vender 1.428.571 de elásticas siempre que el 100% de cada indecente camiseta fuera indecente beneficio para el indecente club, sin contar con los pedacitos de la tarta que por el camino se quedan la indecente marca deportiva y demás indecencias. Aunque bien mirado, casi más indecente es tragarse diciendo felizmente Amén Jesús.

sábado, 17 de agosto de 2013

EN MARCHA

Este mismo fin de semana echa a andar un nuevo campeonato de Primera División de España, el 83º, ese mercantil mastodonte también llamado hoy, por omnipresentes motivos de patrocinio, Liga BBVA (ayer, de visita en Madrid el metro me dejó en la parada de Vodafone Sol [sic],menos mal que Barea y Baroja, "La Forja" y "La Busca", nunca verán ya escarnios como éste). 

El campeonato en sí,  para el común de los mortales no tendrá más aliciente que la lucha entre los dos Golems fabricados de derechos televisivos y otros favoritismos, asimetrías y adulteraciones, si bien de esa frontera para abajo entiendo que existen pequeñas perlas que merecerá la pena descubrir: Djukic, Valverde, el Celta de Lucho, el Rayito de Jémez y su coste 0, la vuelta del Submarino y su sempiterno gusto por el buen fútbol… es decir, razones para afrontar la bicefalia con un poco de optimismo.

Foto: Crónicas del Nervión
Ahora bien, con el inicio del Circo Máximo futbolístico fermentan en uno otro buen puñado de buenas sensaciones: ya se pueden ver los primeros entrenamientos de los equipos de las divisiones hoy ínfimas, de los equipos de barrio, de los equipos de chavales, de los equipos de amigos, de los equipos de cafeterías… el balón empieza a rodar de nuevo para todos, y no sólo los especuladores de todo pelo.

Mil gracias a las miles de personas que siguen (que seguimos) haciendo, a la salida del trabajo, de la escuela, entre obligaciones y equilibrios del fin de mes, por encima de dimes y diretes, que todavía el fútbol no pueda divorciarse de las dos palabras con las que se casó hace más cien años: deporte y juego. Bancos, representantes, patrocinios, latrocinios, terroristas de la pantalla y demás buitrerío, que esperen su turno en el baile, la moza más guapa está cogida.

Daniel Piñero

martes, 13 de agosto de 2013

"THE DAMNED UNITED": FÚTBOL Y CINE SE RECONCILIAN

La primera y última vez que quise que perdiera mi equipo sucedió mientras veía un "corto" que emitían en el programa "Versión Española" de TVE. La pieza rememoraba en un tono agridulce las últimas horas que vivió el autor cuando era niño con su padre antes de que este muriera aquejado de un cáncer terminal. El padre hincha acérrimo del Atlético de Madrid escuchaba por la radio (años setenta, días de radio y fútbol exento de imposturas) un partido contra el Fútbol Club Barcelona en el cual se jugaban el título de liga. El protagonista recordaba aquel momento trascendental, ese último momento compartido antes del adiós final un día de pic- nic en las afueras, la incertidumbre de si su padre iba a tener una última alegría antes de la certidumbre del apagón final. No recuerdo el nombre del cortometraje que me conmovió hace tanto tiempo, ni tampoco de su desenlace más allá de lo evidente, pero sí recuerdo cómo ese día mientras lo veía, quería con toda mi alma, que con efectos retroactivos el balón entrara en la portería del Barcelona una y otra vez y así alegrar los últimos momentos de existencia de ese padre de familia que por lo demás parecía un tipo humilde y simpático. La magia del cine, el poder evocador de las imágenes, la sensibilidad de una pequeña gran historia... Todo esto poseía esta obra que trataba el fútbol de forma tangencial.


Cartel de la película "The Damned United"
Desgraciadamente y hasta hace unos años,  fútbol y séptimo arte han tenido más desencuentros que armonía. Existen diversas películas en las que el fútbol resulta un elemento catalizador, más o menos evidente de historias  que por otra parte funcionan bastante bien ("Evasión o Victoria", "Quiero ser como Beckhan", "Días de fútbo"l, "Luna de Avellaneda"...)  Pero nunca se ha logrado realizar una película de ficción (en esta entrada dejamos aparte el género documental) cuyo tema central sea el deporte rey. Antonio Gasset y Dubois se preguntaba en su época de presentador de "Días de Cine" el por qué de esta ausencia  y de los fracasos en los pocos intentos serios de subsanarla.. Otros deportes tenían sus películas que funcionan relativamente bien, como baseball, boxeo  o fútbol americano.  Quizá el fútbol ofrece per sé lo que te puede producir una película: pasión, identificación, sorpresa, aliados, enemigos... y una espontaneidad que lo hace maravilloso. A mayores, el carácter claramente grupal de este deporte hace más difícil la narración cinematográfica del mismo, por ello los acercamientos más acertados, como en el caso que nos ocupa, fijan entorno a una persona carismática y sus andanzas el contexto de la película.

Después de esta travesía en el desierto, hace unos cuantos años comenzaron a realizarse algunas películas sobre futbolistas y fútbol que lograban un sano equilibrio entre la seriedad fílmica y las concesiones a los amantes del fútbol..  Una sorpresa especialmente agradable fue  "Looking for Eric "  de Ken Loach , que cuenta con la sobresaliente participación del ex- futbolista Eric Cantoná. Una buena película  sobre futboleros y problemas sociales para futboleros, cinéfilos e inquietos en general.

En este contexto me encontré con "The Damned United", la que es para mi la mejor película sobre fútbol que hasta he momento he visto.. Se trata de una película inglesa (basada en una novela homónima, parece ser) que narra la trayectoria profesional del entrenador Brian Clough. Considerado por muchos como el mejor entrenador de la historia de Inglaterra, ascendió con la ayuda inestimable de su "segundo" Peter Taylor , desde los últimos puestos de segunda división al Derby County a primera división e incluso logró arrebatar el campeonato al todo poderoso Leeds. Más tarde, realiza semejante proeza con el Nottingham Forest, con el que sería campeón de la Copa de Europa dos años consecutivos. 

Brian Clough y Peter Taylor en la realidad. Juntos tuvieron sus mayores éxitos deportivos.

La película se desarrolla a finales de los años setenta y mediados de los años setenta, la época en la que Clough entrenó al Derby County y al Leeds. Con el aderezo de estar basada en un personaje real y con unas excelentes actuaciones, la película nos habla de principios, éxitos, fracasos amistad y traiciones. Clough, irredento bocazas y amante del fútbol limpio y de pase dirige al Derby County desde la segunda división inglesa hasta el título de liga y los cuartos de final de la copa de Europa. Por el camino se enemista con el Leeds United  y su entrenador Don Revie por considerar que el fútbol que practican es primitivo y lleno de acciones al margen del reglamento (puñetazos, patadas en las rodillas, etc). Impagables las imágenes de archivo de las "cerdadas" del Leeds y la permisividad arbitral que hacían a Brian Clough odiar a este club. Pero por azares del destino, y tras perder  la eliminatoria de la Copa de Europa con el Derbi County acaba fichando por el equipo que odia, el Leeds, con la intención de superar los logros de su enemigo Don Revie.  Los cuarenta y cuatro días que estuvo al frente del equipo de West Yorkshire fueron un calvario con continuos enfrentamientos varios jugadores de este equipo, lo que es comprensible, puesto que en el primer día de entrenamiento, ni corto ni perezoso el señor Clough les dijo a sus nuevos pupilos: "Hasta donde yo sé, podéis tirar todas esas medallas que habéis ganado estos años a la basura, ya que las ganasteis todas robando". Eso es hacer amigos el primer día de trabajo.

Con una estructura narrativa apoyada ens "flashbacsk" y "flashforwards" insertados de forma sutil, el filme  utiliza las imágenes de archivo y el diseño de producción para a dibujar  la extravagante y ególatra personalidad del protagonista (que aún así nos despierta simpatía) La ambientación de finales de los sesenta, principio de los setenta está muy lograda y el mundo interior de un fútbol pre profesional, más de andar por casa realmente bien mostrado (impagable el momento en el que para agasajar al equipo contrario en el banquillo le ponen una naranja y un cenicero para cada jugador)

No muy conocida en España, pasó de puntillas por las carteleras, aunque recibió bastantes buenas críticas por parte de la prensa especializada, y gracias al boca a boca se fue haciendo conocida entre los amantes del deporte rey. No hay duda de que un amante del buen cine disfrutará de esta historia casi shakespeariana,  le guste o no el fútbol, no obstante, un amante del cine y del fútbol disfrutará de la película de una forma mucho más intensa. Podemos decir que con esta película y después de muchas deudas, séptimo arte y balompédico deporte por fin se reconcilian.


José A. Piñero

PD: Para conocer más la personalidad de Brian Clough, una selección de sus "perlas" puede ayudar: http://es.wikiquote.org/wiki/Brian_Clough

lunes, 29 de julio de 2013

ENKE, LA CARNE DE LOS DIOSES



La verdad es que, hoy por hoy, casi todo lo que del fútbol irradian, no  sólo la televisión (nicho de caspa y vergüenza ajena, cuando no directamente de podredumbre), sino los medios en general (con honrosas excepciones, al César lo que es del César) ha conseguido mover a cualquiera que no pueda ser definido como un perfecto borrego primero, del interés a la indiferencia y de ahí directamente al vómito.

Resulta no ya una excepción, sino un auténtico mirlo blanco, un minuto que no diseccione peinados de superestrellas, lecturas de labios, jugadas trucadas o que no encumbre palabrería hueca de aquellos que no han visto un partido de fútbol en su miserable vida sin el pasamontañas de hooligan o la de aquellos otros que a sabiendas, mienten, engañan y estafan a la inteligencia (hago mías, parafraseando,  aquellas palabras de Manolo Preciado, que en gloria esté: “si lo dicen como un chiste, a mí no me hacen gracia; si lo dicen de verdad, son unos canallas”).

Extraído de Tumblr por Novofairy.
Con esos mimbres, hablar de periodismo que sea digno de ser llamado como tal sin ofender a Larra, resulta, tristemente, una búsqueda de excepciones, de pequeños tesoros. Meter a Larra en estas líneas no es gratuito, ni tampoco es un recurso para incitar el amor propio de los que tienen que levantar ese gremio, sino que me da pie a hablar de una de esas excepciones que, deo gratia, nos alimentan a los que amamos este juego sin la necesidad de ofrecer hostias en los bares y con la libertad de no necesitar hacer patria de nada. 

El último programa que verdaderamente me conmovió y me dio que pensar en lo divino y humano que hace al fútbol, fútbol y al hombre, hombre, fue un  "Informe Robinson" (Canal +), el dedicado a Robert Enke, el que fuera portero entre otros del Fútbol Club Barcelona, Hannover y Selección Alemana y que, como nuestro romántico universal, se quitó de en medio sin ruido, sin ceremonia y sin llegar siquiera a la edad de Cristo.

El reportaje intenta arañar bajo la epidermis pública, mediática y deportiva de una estrella del fútbol y comprender, siquiera de refilón, el viaje del bueno de Enke de la alegría al suicidio, el galope hacia la muerte a lomos de su particular caballo del apocalipsis: la depresión. Abre la puerta de una cuestión que, no es que pase desapercibida para la farándula y la caverna, sino que ni siquiera ha sido tomada en consideración: la humanidad de los ídolos, la materia prima del futbolista que, como la de todos no es otra que carne, sangre, circunstancias, problemas y sentimientos; y de esa pasta estamos hechos todos, también Maradona, también, también Cristiano, también Dios, digan lo que digan los curas.

Intentar entender porqué sufría Enke con cada balón que le chutaban, con cada pitido de la grada, con cada reproche de un compañero, compadecer su agonía por la presión de los fantasmas que moraban en su cerebro e ayuda a descifrar porqué cada vez que me pongo las botas y echo a rodar el balón entre mis amigos, entre mis rivales, soy capaz de olvidar todos los problemas que atormentan a los que por desgracia tenemos que vivir estos días, soy capaz de ser libre, pero también me resulta esencial para comprender que en este jodido mundo, también en el brillante escaparate del fútbol que impone la felicidad al encadenarla al número de ceros de la cuenta corriente, la oscuridad puede hacerse hueco dentro de nosotros.

Daniel Piñero



sábado, 13 de julio de 2013

MAREA BLANCA



Hace tanto tiempo ya que he de manejar cifras de dos dígitos. Recuerdo, que en mi
adolescencia (tendría quince o dieciséis años, tiempos pretéritos sin duda), vi un documental de T.V. que he recordado  el resto de mi vida.
A finales de los noventa, el acceso a internet era una idea casi quimérica para los
jóvenes como yo y  aquél que tenía un teléfono móvil, además de ser un “rara avis” era
tachado explícita o tácitamente de “pijo” y “soberbio”  Quiero decir que la capacidad de asombrar, conmover e impactar de las imágenes todavía estaba intacta.

El programa de culto "Documentos TV" realizó  un interesante documental sobre la generación desaparecida en el pueblo de Villagarcía de Arosa por consecuencia directa o indirecta del tráfico de droga de los años ochenta. 
Como digo, yo por aquél entonces era un púber atolondrado (como lo son  todos los adolescentes)  y además mis cervezas de fin de semana algún canuto que otro me había fumado en su momento. Todo está por descubrir a esa edad. No digo nada nuevo.  Ya por aquél entonces jugaba al fútbol con mis amigos, como una religión, sábado tras sábado, lloviera, nevase o se acabara el mundo. La familia de amigos del fútbol se hacía cada vez más grande y sus vínculos más fuertes.

El equipo "Dejarnos Vivir" ganó el campeonato de las fiestas de Vilagarcía
de 1987. Jóvenes inquietos y desorientados que vivieron momentos felices.
Durante mucho tiempo recordé la presentación del documental, el hilo conductor del mismo era una vieja fotografía. En ella aparecían doce jóvenes en traje de “sport” y formación de  equipo de fútbol. Once jugadores de campo y “el entrenador”. Las edades oscilaban entre los 16 y los 25 años. El nombre del equipo era “Dejarnos vivir” ([SIC] El grito de auxilio de una juventud confusa, inquieta, mal vista por la gente de bien del pueblo. Como comenta el documental,  esta juventud incomprendida que hacía fanzines, formaba grupos de música, que tenía inquietudes, se topó de bruces con lo que le ofrecían los "charlines" y los "oubiñas", una red en la que era difícil no caer y de la que es casi imposible salir. Todo ello aderezado con el nihilismo, el desencanto y el desconocimiento del que hacían gala esta otra generación perdida.  El programa de T.V desgrana la vida y la muerte de  los miembros del equipo de fútbol que aparecen en la foto. El equipo que ganó el campeonato de las fiestas de Vilagarcía de  en 1987.Una reivindicación, una sensación, el sentimiento de que nadie les entendía, de que todos estaban contra ellos. Esa victoria fue algo más que un bálsamo. El único superviviente del equipo, dice que el resto del pueblo, cuando vieron que ellos ganaban "se jodiero y se hartaron de joderse". Ese fuerte sentido de la comunidad, de la lucha contra el enemigo, el fútil momento de gloria del que pudo disfrutar una generación condenada a la extinción, la heroicidad de andar por casa que te confiere el fútbol, la amistad, la lucha contra  los molinos… todo eso hace que el documental llegue a la médula.  ¿Quién no ha vivido o visto 
una historia de este tipo?  El marginado que vence al exitoso, los humildes sin talento, a fuerza de unidad derrotan talentosos arrogantes, En l caso de “Marea Blanca”, el equipo es una mera excusa y el drama se abate sobre los protagonistas con la inclemencia de la tragedia griega. Pero ese momento de  luz, y esa fotografía queda como el momento álgido de esa generación de jóvenes.


Después de mucho tiempo buscando, por fin encontré el documental en Youtube. Con el paso  del tiempo no ha perdido un ápice de fuerza. El testimonio de las madres, por aquél entonces  ignorantes como los hijos de los tipos de drogas y sus consecuencias sigue resultando estremecedor. Por otro lado, se puede considerar un documento gráfico de la historia reciente de España.



martes, 2 de julio de 2013

EL GOL (por Dennis Bergkamp)

Un desafío a todas las leyes: las de la Naturaleza, las de los dioses y las de los hombres. Una coreografía imposible, incomprensible, inimitable. Un duelo a muerte con la geometría, la termodinámica, la teología y hasta el diabolus in música en el que el pistolero holandés los fulmina a todos en apenas 3 segundos de poesía visual surrealista y genial.

Casi nada... Fotografía de: http://www.bergkamp10.net
Temporada 2001-2002 (año glorioso para los gunners: Premier League y FA Cup). St. James´ Park. Newcastle- Arsenal. Minuto 13, segundo 14. Dennis Nicolaas Maria Bergkamp, el cañonero mecánico que por contrato tenía miedo a volar, se para en la media luna del área de las urracas, de espaldas al arco, aliento del defensa en la nuca, a varios años-luz de la línea de gol. Ve venir la pelota desde la banda izquierda, se acomoda, levanta su zurda y… 3 segundos después el balón bate la red pegadito al palo. En medio la nada; el tahúr cambia la bola cubilete, el dinero cambia de manos, el espectador cambia su cara cuando en su cerebro se enciende el indicador de elipsis.

En ese momento, nadie sabe qué ha pasado; y hoy, después de haber revisado el vídeo cientos de veces, yo no puedo explicar ese qué ha pasado; y no creo que nadie pueda hacerlo; en cuanto la pelota sale de las botas de Robert Pires, lo inexplicable: la finta es a la izquierda, el movimiento es a la derecha, el toque es hacia dentro, la pelota vuela hacia el exterior un Expediente X de puro talento en el que, efectivamente, la verdad está ahí fuera pero es tan intangible como inalcanzable.Para muestra un botón: el defensa ni siquiera puede hacerle falta.
Nadie ha conseguido emularlo, no hay un “Messi marcando gol a Inglaterra” y nadie ha logrado descifrar el código de retorcer lo imposible moldeando algo tan mundano como obligar a la pelota a cruzar la línea de meta, y hacerlo concentrando en la instantánea a Gardel, Baryshnikov, Dalí y Antonio Gades.

Dennis Bergkamp, el mago que fabricó del hielo el único gol inexplicable de la historia, se retiraba en mayo de 2006 viendo al Barcelona de Rikjaard y Ronaldinho levantar la Champions en París: ese día no sólo moría el penúltimo 10 (apenas un par de años antes colgaba las botas Roberto Baggio) y tocaba el cielo el último, sino que le salían sus primeros dientes al fútbol moderno, el de clembuterol y complejos contratos publicitarios… pero esa ya es otra historia.



Daniel Piñero


viernes, 21 de junio de 2013

Rondaldinho, una estrella del rock.

Es difícil encontrar una foto del Gáucho en la que
no sonría.
 A Ronaldo de Assis Moreira ( 1980) a.k.a Ronaldinho, a.k.a Ronaldinho Gaúcho todo el mundo lo conoce. Su coleta, una sonrisa eternamente dibujada en su cara y el gesto de surfista que adoptó como seña de identidad (¡¡Kowaeunga!!) forman parte de la imagineria asociada a su figura que permanecerá siempre en nuestras retinas. Eso y una inolvidable colección de jugadas de fantasía en la cancha, de la línea de tres cuartos para arriba. Regates que desafiaban a la física, pases apenas imaginados por la mayoría de los jugadores, remates anti-gravitatorios... Todo un repertorio de lo inimaginable. Parecía que la capacidad de asombro del brasileño no tenía fin.

No hay que olvidar, que aunque hoy en día el Gaúcho apura sus últimos días de fútbol en el Atlético Mineiro brasileño, escurriendo la magia que nunca le faltó, pero que tan mal supo administrar,durante un par de años Ronaldinho fue el rey del mundo del fútbol. Llegó a un Barcelona melancólico y a la deriva ante la capacidad triunfadora de su eterno rival. Encajó en el proyecto de Joan Laporta dirigido con acierto por Frank Rijkaard y se convirtió en el estandarte de ese Barça mágico, alegre, letal. Los aplausos del Santiago Bernabeu en la jugada del 3 a 0 contra el Real Madrid quizá son el hito que marca el punto culminante de su carrera.  

Pero Ronaldinho, como una estrella de rock, se dejo ir. Como una estrella de rock de las de antes vivió de prisa, murió joven y dejó un cadáver bonito. Estoy hablando metafólricamente claro, y siempre en términos futbolíticos. Vivió deprisa porque cuando fue el mejor, todo lo que hacía lo hacía a una velocidad endiablada, dentro y fuera del campo. Ahí está el Bernabéu para atestiguarlo. Un parpadeo y Ronaldinho coge la pelota, otro parpadeo , y  se ven  aplaudiendo a un jugador del eterno rival que en escasos segundos a retratado a un equipo entero. Murió joven porque él mismo se cavó su tumba deportiva. Un jugador que combinaba talento y velocidad, fue olvidándose de la última. Fue cambiando los entrenamientos por juergas, el rondo por el jacuzzi, y salvo por algún estertor, murió de éxito en el que había sido uno de los mejores Barcelonas de la historia. Y dejó un cadáver bonito. En Youtube se pueden ver sus actuaciones, sus recursos, sus cambios de ritmo, sus elásticas, su prestidigitación cercana a la auténtica magia. Ha dejado un cadáver exquisito de degustar de su participación en la alta competición.

Traspaso de poderes en "can Barça"
Ronaldinho era puro arte, pura magia (y en cierto modo sigue siéndolo) Me ha costado muchas discusiones de bar y tercio de cerveza, pero digo y mantengo que es el jugador más extraordinario que han visto mis ojos en un terreno de juego. La comparativa por la época con Zidane  ya en decadencia era inevitable. Zidane era pura cláse. Zidane podía hacer todo lo que hacía en smoking, inlcuso el gol de la novena, incluso el cabezado a Materazzi.  M percepción era que Ronaldinho podía hacer lo mismo, pero más rápido. Si Zidane era clase, el gaúcho era magia. Obviamente el francés gana en la comparativa porque supo mantenerse durante mucho tie mpo como un auténtico bailarín del balón. Pero desde mi siempre discutible punto de vista, en la capacidad de asombro, de recursos inesperados, de espectáculo puro y duro, hasta Messi pierde, que ha hecho de la excepción una norma y ha convertido el gol imposible en un acto casi funcionarial. Ronaldinho era pura dinamita. Desde que Rijkaard decidió darle la libertad necesaria para campar a sus anchas de tres cuartos para arriba,hasta que el brasileño perdió la alegría y decidió vagar por el campo, puesto que ya no valía la pena correr, nos regaló una sucesión de maravillas de coleccionista para videoteca.

Ronaldinho es el Jimi Hendrix del fútbol. Ambos salieron de la la nada, ambos son puro talento.  A uno le dieron un balón,al otro una guitarra y  así encontraron una forma de expresarse, un medio de desahogar su desbordante pulsión vital. Amantes de la noche ambos, amantes de las mujeres y mujeriegos , los dos se perdieron entre burdeles y cantinas. Incluso ambos “murieron” a los 27.(El gaucho para el deporte de élite) Ambos nos han regalado obras de arte inigualables utilizando los instrumentos más básicos. Un balón, una guitarra, un terreno de juego, una escecnario, una tátcica, una escala pentatónica y "fire" a disfrutar...

                                                                                                                                             José A. Piñero