Ser portero te deja mucho tiempo para pensar. Fotografía de Jorge Martín Muñoz |
Es verdad, la globalización y
la dictadura del fútbol negocio tiende a homogeneizar las tipologías, y hoy
día, es extraño ver arqueros que se salgan de la norma más allá de tener más o
menos habilidades técnicas, salvo quizá alemán Neuer o el brasileño Rogerio Ceni, que a sus 42
años es un superviviente de otra época, se le recordará
por labores que no son las específicas del portero (es el portero más goleador
de la historia, puesto que se dedica a tirar él los tiros libres, ha metido la
friolera de 128 goles en total con el Sao Paulo).También es posible que se
pueda hacer una división imaginaria con un antes y un después de la norma que obliga a los porteros a jugarla
con los pies tras cesión de un compañero, puesto que según quién suscribe, tenía
más mérito hacer locuras cuando tenías una opción segura que cuando es un "recurso
obligado" Sea como fuere, sí es verdad que en colorido y personalidad excéntrica ganan los porteros latino americanos, estos fueron los pioneros en romper la norma..
Aquí menciono unos cuantos seleccionados
de forma completamente arbitraria, dejo atrás auténticas leyendas como Yashin,
la Araña Negra o ídolos personales como Gianluggi Bufón o Edwin Van der Sar para centrarme en personajes
que destacan por sus peculiaridades.
JORGE CAMPOS: Gurú de la moda en USA 94 o el auténtico portero delantero
Jorge Campos con su atuendo, la envidia de Agatha Ruiz de la Prada. |
Como ya he comentado alguna vez, recuerdo con gran cariño el Mundial de USA 94, al que puedo considerar mi despertar al fútbol como enfermedad. Por aquel entonces,
recién estrenada la adolescencia y tas años de lucha infructuosa, yo ya me había asentado en el puesto de
portero en pachangas y partidillos estivales en el pueblo, por el clásico
método de ser el más gordo y torpe de todos los que nos juntábamos a darle
patadas al balón. Como al fin y al cabo, en esta vida todo es adaptarse o morir
y convertir la necesidad en virtud o morirse de asco, acabé sacando partido y
hasta disfrutando tan deshonrosa posición. Me ayudaron mucho en este proceso los héroes que fui creando a partir de la cita mundialista. Ser el portero en un equipo apesta, está claro, pero, oye, son los únicos que se visten diferente - viva la anarquía- y tienen unos guantes bien chulos. Algunas ventajas tendría que tener. Así pues, recuerdo con
nitidez los nombres de casi todos los porteros que concurrieron a ese mundial,
desde Tony Meola, portero del equipo anfitrión, pasando por Taffarel, arquero de la
Brasil campeona, Gianluca Pagliuca, que le paró a Salinas la famosa ocasión
previa al gol de Roberto Baggio, los
nórdicos Ravelli y Thorsdvet, el belga Preudhome (que ganó el premio Yashin al mejor
portero), Prunea de Rumanía o Borislav Mihailov, el que fue mi auténtico héroe
por su solvencia bajo los palos hasta que descubrí que ese pelazo no era suyo,
si que en realidad era calvo como una bola de billar y se había hecho un
implante de pelo para lucir más acorde con las melenas de sus compañeros los
forajidos búlgaros (léase http://camaradalobanovsky.blogspot.com.es/2014/11/bulgaria-usa-94-desorden-y-progreso.html).
Pero de entre todos los porteros, había uno que destacaba sobre el resto a simple vista, un hombre de rostro cetrino y pelo crespo e que lucía con orgullo (o más bien sin vergüenza) un indescriptible atuendo multicolor donde los motivos geométricos y los colores fosforescentes eran los protagonistas. El corte en forma de poncho de la camiseta remataba la impactante imagen del que es considerado el mejor portero mexicano de todos los tiempos. Decía con orgullo que esos diseños los hacía él, y aunque es discutible el gusto, es loable su búsqueda de originalidad y la ruptura con la uniformidad de marcas que se empezaba a imponer por aquel entonces. Pero más allá de su estética, el cancerbero mexicano pudo mostrar al mundo todas las virtudes que lo habían llevado al combinado nacional: , paradas de reflejos felinos, seguridad en en los balones aéreos y un juego temerario con los pies. Pero esto no es todo, resulta que Campos es el cuarto portero goleador de la historia del fútbol con 46 goles (Por detrás de Higuita, Chilavert y Rogerio Ceni).
También puede que haya sido uno de los porteros más bajos de la historia de las competiciones (medía 1.70 metros) y es el único que conozco que ha jugado indistintamente en las posiciones de arquero y de delantero a nivel profesional. De hecho, en el torneo mexicano, era normal que cambiara su camiseta de arquero por la de delantero y contiunara en el campo como ariete con el nueve a la espalda, mientras en el arco le sustituía otro portero. . Como delantero llegó a marcar 14 goles, pero el gol más espectacular que se le recuerda fue uno que marcó de chilena cuando militaba en el Atlante mexicano. Pero su lance favorito como portero- delantero, era salir con la pelota jugada en los pies y llegar hasta el área contraria a base de combinaciones con los compañeros o conducciones de balón hasta llegar a posiciones de remate o de asistencia. Todas estas virtudes le valieron para hacerse con un palmarés más que decente, participar en tres mundiales seguidos (dos de ellos como titular), ganar cuatro CONCACAFS y diversos títulos nacionales con diferentes equipos. Todo un crack. Para muestra, un botón:
Pero de entre todos los porteros, había uno que destacaba sobre el resto a simple vista, un hombre de rostro cetrino y pelo crespo e que lucía con orgullo (o más bien sin vergüenza) un indescriptible atuendo multicolor donde los motivos geométricos y los colores fosforescentes eran los protagonistas. El corte en forma de poncho de la camiseta remataba la impactante imagen del que es considerado el mejor portero mexicano de todos los tiempos. Decía con orgullo que esos diseños los hacía él, y aunque es discutible el gusto, es loable su búsqueda de originalidad y la ruptura con la uniformidad de marcas que se empezaba a imponer por aquel entonces. Pero más allá de su estética, el cancerbero mexicano pudo mostrar al mundo todas las virtudes que lo habían llevado al combinado nacional: , paradas de reflejos felinos, seguridad en en los balones aéreos y un juego temerario con los pies. Pero esto no es todo, resulta que Campos es el cuarto portero goleador de la historia del fútbol con 46 goles (Por detrás de Higuita, Chilavert y Rogerio Ceni).
También puede que haya sido uno de los porteros más bajos de la historia de las competiciones (medía 1.70 metros) y es el único que conozco que ha jugado indistintamente en las posiciones de arquero y de delantero a nivel profesional. De hecho, en el torneo mexicano, era normal que cambiara su camiseta de arquero por la de delantero y contiunara en el campo como ariete con el nueve a la espalda, mientras en el arco le sustituía otro portero. . Como delantero llegó a marcar 14 goles, pero el gol más espectacular que se le recuerda fue uno que marcó de chilena cuando militaba en el Atlante mexicano. Pero su lance favorito como portero- delantero, era salir con la pelota jugada en los pies y llegar hasta el área contraria a base de combinaciones con los compañeros o conducciones de balón hasta llegar a posiciones de remate o de asistencia. Todas estas virtudes le valieron para hacerse con un palmarés más que decente, participar en tres mundiales seguidos (dos de ellos como titular), ganar cuatro CONCACAFS y diversos títulos nacionales con diferentes equipos. Todo un crack. Para muestra, un botón:
RENÉ HIGUITA: El rey Escorpión
El gran René Higuita tampoco se preocupaba mucho del estilismo. |
Bien podía haber jugado el campeonato mundial
de USA 94 el portero colombiano René Higuita, puesto que estaba en su mejor
momento, pero había un pequeño inconveniente: ESTABA EN LA CÁRCEL. Empezamos
fuerte. Higuita fue encarcelado durante cinco meses por la justicia colombiana.
El cancerbero había admitido públicamente su amistad con el narco
más famoso de todos los tiempos, Pablo Escobar, enemigo número 1 en Colombia y
Estados Unidos. Higuita fue reculido en la Cárcel Nacional Modelo de Bogotá
por mediar en un feo caso de secuestros y ajuste de cuentas entre Pablo Escobar
y Carlos Molina Yepes. La justicia colombiana consideró ilegal esa mediación, y envió al futbolista a la cárcel, lo cual le privó como decimos de la
cita intercontinental a la que sin duda habría asistido, puesto que el
seleccionador cafetero, Pacho Maturana, era un incondicional de Higuita en el
puesto de portero. Más allá del hecho puntual, parece ser que este escándalo marcó el
inicio del declive de su carrera, una carrera adornada con todo tipo de
genialidades y excentricidades en el campo. Veamos, estamos una vez más ante la
figura del portero goleador, cuarto o quinto según el ranking, la el número de
goles notados por René Higuita* asciende a 44 durante toda su carrera, (37 de
penalti y siete de falta) lo cual no es moco de pavo teniendo en cuenta su
posición en el campo. Nacido en Medellín en 1966 pasó una infancia dura, criado
por su abuela tras la muerte de su madre, tuvo varios trabajos y varios de sus amigos murieron de forma violenta, puesto que el barrio de Castilla, en el que se crió, estaba castigado por las drogas y la delincuencia, ambiente que le marcó para el resto de su vida. Pero ésta cambió antes de cumplir los 16 años y por pura casualidad; el
Independiente de Medellín fue a buscar jugadores a su escuela. Como en el caso
de Campos, Higuita era delantero, pero ese día se había lesionado el portero
así que ocupó él su demarcación, comenzando de este modo la carrera de portero
más recordada de todos los tiempos. Comenzó su como profesional en 1986 en el
Millonarios Colombiano, pasando a lo largo de su carrera por Atlético Nacional de Medellín (el equipo de su amigo Pablo Escobar, dicho sea de paso) con el cual ganó la Copa Libertadores- la primera que ganó un equipo
colombiano- en 1989, en la cual paró cuatro tiros de penal y transformó uno de
ellos. Real Valladolid, Areucas y Veracruz completan su carrera en clubes. Con
la selección nacional formó parte de la que es reconocida mejor generación de
todos los tiempos, en la que destacaban nombres como Faustino Asprilla,
Valderrama o Mauricio Serna, su juego vistoso y alegre, cargado de talento eran
un vivero excelente para que Higuita se recreara con sus salidas de la cueva
iniciando los ataques, actuando de líbero e internándose en el campo contrario
más de la razón podía aconsejar. Su momento
culminante se sitúa en el Munidal de Italia 90, donde todo el orbe pudo
observar su jugada favorita, cortar la progresión del delantero ejerciendo de
líbero fuera del área y comenzar un contrataque con autopases suicidas o internadas
por la banda hasta encontrar a un compañero. "El loco" fue un pionero, el primero del tipo
que hoy se conoce como "escuela alemana". Como no hay gloria sin riesgo, en el
mismo Mundia, Higuita cometió un fallo al intentar driblar al delantero de
Camerún, el mítico Roger Milla,, en el centro del campo, que le arrebató el balón y anotó a puerta vacía
el segundo gol de los leones y que dejaba definitivamente fuera del torneo a la
Selección Colombia
. Pero si por algo es mundialmente famoso el
protagonista que nos ocupa, es por su famoso escorpión en Wembley, jugada
heterodoxa e insólita donde las haya, llevada a cabo en una de lo que se podría considerar la catedral europea del fútbol. El siete de septiembre de1995 los combinados
nacionales de Inglaterra y Colombia, se enfrentaban en un intranscendente duelo
amistoso. El partido transcurría con soporífera calma, hasta que en el minuto
veintidós, un joven delantero inglés, James Redknapp, lanzó un impreciso centro
(o chut) a la portería que defendía nuestro héroe, Viendo éste un balón
manso y la altura apropiada, decidió realizar una de sus acrobacias circenses,
una de las que tanto repetía en los entrenamientos, la que él llamba "El
Escorpión" que consistía en vencer el cuerpo hacia adelante en un salto y
después de dejar pasar temerariamente el balón sobre su cabeza despejarlo con
los talones de los pies en efecto de palanca. Una decisión arriesgada desde
luego, cuando millones de personas te están viendo. El propio arquero matizó
que él había percibido como el juez de línea levantaba la bandera, y al creer
que la jugada estaba invalidada, realizó esta acción.
.
El Escorpión en Wembley. |
* Se que hay una descompensación entre los rankings de porteros goleadores. Ambos están extraídos de wikipedia. Imagino que el desfase está en que a Campos se le cuentan por separado los goles que metió con la camiseta de portero y los goles que metió con la camiseta de delantero después de cambiarse.
PD: Para no agotar al lector, he decidido hacer esta entrada en dos bloques. La parte número dos no contará con porteros con la personalidad de Campos e Higuita, pero traeremos a colación pequeñas joyas como el príncipe Rufai, o el inconsciente Barthez, pasando por la escuela alemana de porteros locos de los que dan miedo.
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