El campeonato en sí, para el común de los mortales no tendrá más aliciente que la lucha entre los dos Golems fabricados de derechos televisivos y otros favoritismos, asimetrías y adulteraciones, si bien de esa frontera para abajo entiendo que existen pequeñas perlas que merecerá la pena descubrir: Djukic, Valverde, el Celta de Lucho, el Rayito de Jémez y su coste 0, la vuelta del Submarino y su sempiterno gusto por el buen fútbol… es decir, razones para afrontar la bicefalia con un poco de optimismo.
Foto: Crónicas del Nervión |
Mil gracias a las miles de personas que siguen (que seguimos) haciendo, a la salida del trabajo, de la escuela, entre obligaciones y equilibrios del fin de mes, por encima de dimes y diretes, que todavía el fútbol no pueda divorciarse de las dos palabras con las que se casó hace más cien años: deporte y juego. Bancos, representantes, patrocinios, latrocinios, terroristas de la pantalla y demás buitrerío, que esperen su turno en el baile, la moza más guapa está cogida.
Daniel Piñero